miércoles, 23 de enero de 2013

La formación y el coaching desarrollan recursos internos adormecidos

Borja Milans del Bosch dedica su vida a la formación y el coaching, un área olvidada dentro de muchas empresas. Conferenciante de temas como ‘Valores Universales en el Trabajo’, se formó como coach en la International Coach Federation. Es un apasionado de las personas y disfruta acompañándolas a descubrir su potencial. Ha trabajado con numerosas instituciones públicas y privadas como Amena o Endesa.


¿Podría explicar en qué consiste el Coaching, y también cuál cree que es su finalidad?

 
El coaching agrupa un conjunto de metodologías, disciplinas y herramientas que permiten ayudar a las personas a desarrollar su máximo potencial en cualquiera de los ámbitos de la vida. Por medio del coaching revisamos los sistemas de creencias y modelos mentales de las personas para ayudarles a tomar conciencia de aquellas creencias que les frenan y de aquellos que les impulsan, logrando así que superen su propias barreras mentales y alcancen elevados niveles de desempeño y rendimiento. El propósito del coaching es el acompañamiento para que el cliente (coachee) pueda alcanzar objetivos desafiantes previamente establecidos por el mismo. Podríamos decir que un coach actúa como un catalizador para que las personas dejen de ser un trocito de carbón y se conviertan en diamantes.

La formación es algo fundamental, pero parece que una vez entras en un trabajo la gente se olvida de seguir formándose. ¿Es igual de importante la formación y el coaching dentro de la empresa que antes de llegar a ella?

 
La formación es fundamental en los profesionales tanto antes de entrar en la empresa, como una vez dentro. Antes de entrar porque nos permite asegurar unos conocimientos mínimos para garantizar cierto nivel de calidad en el desempeño de nuestras funciones ytambién porque nos ayuda a comprender aquello que hacemos junto a otros.A nivel interno, para adaptarse a procesos o para desempeñar nuevos cometidos. La importancia de la formación es indiscutible y debe ser uno de los principales compromisos de cualquier responsable de cualquier empresa, con independencia del tamaño que tenga.

Una de las razones por las que en las organizaciones la formación llega a caer en el “olvido” es debido al fácil y socorrido argumento del coste. Si el coste de formación es elevado, más elevado es el coste de no calidad al mantener a los equipos con bajos niveles de formación y capacitación. Formación y coaching son complementarios, nunca sustitutivos. A lo largo de los años he podido confirmar que una buena formación reforzada con un proceso de coaching para apoyar la puesta en práctica de lo aprendido, es una combinación a todas luces rentable para la empresa y muy poderosa para la competitividad de los profesionales que trabajan en ella.

Directivos, trabajadores… ¿todos necesitan formación, qué tipo de formación necesita cada uno?

 
Adicional a la formación técnica propia para cada responsabilidad, para mi hay una formación común a cualquier profesional, ya seandirectivos, trabajadores o autónomos, que afecta a la persona e impacta de lleno en la faceta profesional de esta, y es la formación en todo lo relacionado con el buen uso de la comunicación, gestión de relaciones, resolución de conflictos, interpretaciones de situaciones, gestión de expectativas, manejo de compromisos propios y de terceros, promesas ofrecidas y aceptadas, la manera en que enjuiciamos, las posturas emocionales que adoptamos en el día a día ylos miedos que arrastramos.La toma de conciencia de nuestros modelos mentales (lo que nos sucede por dentro) y la manera en que impactamos en nuestros compañeros, colaboradores y equipos con nuestra manera de desenvolvernos(patrones de comportamiento) es la clave para alcanzar el máximo potencial y para que los otros alcancen el suyo.

En el caso de los directivos, recomiendo formaciones relacionadas con comunicación y escucha, gestión de equipos, trabajo en equipo, liderazgo, motivación, gestión del tiempo, resolución de conflictos y , gestión del ego y la humildad. En el caso de los trabajadores o autónomos, recomendaría las mismas. ¿Por qué? Porque en ambos casos hay un denominador común, el factor humano. Nunca ningún profesional podrá ser mejor profesional que persona.Ayudar a otras personas a ser mejores profesionales en su trabajo, te ayuda a ser mejor persona en tu trabajo.

¿Es complicado que las empresas comprendan la necesidad de seguir aprendiendo?

 
En vez de decir “es complicado que las empresas comprendan” prefiero decir que son los profesionales que ocupan puestos de trabajo cada uno en su nivel de responsabilidad, los que deben comprender y pronunciarse en unos términos que contribuyan a favorecer que el resto de los trabajadores y/o compañeros den lo mejor de sí mismos por medio de la formación y el coaching. Formación y coaching deben estar presentes en el día a día del profesionalpara proporcionar mayores y mejores conocimientos; los procesos de coaching para “incorporar” (que viene de in+corpore; meter en el cuerpo) aquellas habilidades, capacidades de comunicación, actitudes, emociones y despliegue de acción efectiva que más les ayude a dar lo mejor de sí mismos con esos nuevos conocimientos adquiridos.¿Te imaginas un deportista de élite sin entrenador? En el mundo profesional hay muchos profesionales de élite con potencial y sin embargo, les falta un entrenador que les acompañe a alcanzar sus triunfos.

¿Qué competencias son las más demandadas por las empresas y cuáles cree usted que son fundamentales y que todo el mundo debería plantearse implantar en sus empresas?

 
Una de las competencias que considero clave es la detrabajar en equipo. Otra, la comunicación que, combinada con el liderazgo ejemplarson para mi las tres principales. El liderazgo ejemplar, arrastra, habla por sí sólo, no necesita explicación, inspira, nos anima a copiarlo y dar lo mejor de nosotros mismos.Es decir, que ese profesional-persona, con independencia de la responsabilidad que asume, sirva de ejemplo para el resto de sus compañeros. El trabajo en equipodebemos entenderlo como una forma de aunar esfuerzos para lograr mejores resultados repartiendo las tareas, generando un contexto en el que todos aportan lo mejor de sus capacidades y habilidades para alcanzar un objetivo común. Ir en solitario es contraproducente. Cuando trabajamos en equipo tenemos además la posibilidad de revisar nuestros egos y “ombliguismos” para permitir que otros miembros del equipo aporten riqueza de ideas y variedad de perspectivas de cara aacometer retos, proyectos onuevas iniciativas.

La comunicación es una competencia clave, para poder entender al otro y hacernos entender con claridad. Quien confunda comunicación con hablar, está muy equivocado. Manejando bien la comunicación podemos salvar las habituales, nocivasy difusas maneras de expresarnos o de decir y pedir lo que hace falta llevar a cabo. Con una buena comunicación podemos agilizar mucho las tareas. ¿Qué es más importante, hacer las cosas bien o hacerlas rápido? Para hacer las cosas bien, necesitamos de una comunicación eficaz; para hacerlas rápido, con más razón. Cuando hay una mala comunicación podríamos aplicar la expresión “nunca hay tiempo para hacer las cosas y siempre para repetirlas”. Cuando hay una buena comunicación es como cuando una bisagra está bien engrasada.

 ¿Es el coaching una forma de hacer a nuestras empresas más competitivas en esta época de crisis económica?, ¿Qué puede aportarnos?

 
Cualquier profesional que apueste por el coaching para su día a día y/o para sus colaboradores, elevará su nivel de desempeño y contribuirá a que todos alcancen resultados extraordinarios. Esto sin duda, hace que las personas que trabajan en las empresas sean más competitivas y encaren de mejor manera la adversidad. Es necesario que los responsables de las empresas y/o equipos comprendan que “lo que es bueno para las personas, es bueno para las empresas”. En contextos de adversidad económica, debemos entregar mayor esfuerzo para obtener iguales o menores resultados. El coaching y la formación contribuyen a encontrar y desarrollar nuevas formas de hacer las cosas empleando recursos internos que tenemos adormecidos y podemos poner en juego. Esto genera un estado de autoconfianza que permite incrementar la motivación para afrontar la dificultad y los objetivos que tenemos por delante.

 Viendo su perfil, siempre destaca el amor y los valores por encima de todo, ¿Cómo lo aplica a su forma de enseñar, como transmite esos valores y en que cree que pueden ayudar al mundo empresarial?

 
Llegados a este punto, quiero dejar claro que el amor entendido como un sentimiento pegajoso y rosáceo que nos nubla, nada tiene que ver con lo que sostengo y defiendo. El Amor al que me refiero es una de las más brillantes y nobles actitudes humanas, es el motor que hace que las personas funcionemos y demos lo mejor de nosotros mismos en cualquier esfera de nuestras vidas. Todos estamos ávidos de recibir reconocimiento y afecto, pero muy pocos lo entregamos, y menos aún en el mundo profesional. Gestionar un equipo de forma eficiente es como gestionar una familia. Cada uno tiene una singularidad que lo hace valioso para el resto.

El Amor permite una comunicación fluida, sana, constructiva, directa, honesta, ¿lo permite la arrogancia empresarial?; el Amor facilita el espacio para el error, la rectificación y la disculpa, ¿lo permite la frialdad del ambiente que hemos creado en las empresas?; el Amor crea contextos para que el otro exista tal cual es y le respetemos en su originalidad, ¿lo permiten los egos y las posiciones de poder?; el Amor es capaz de comprender a un compañero con unas circunstancias adversas y sostenerle para que continúe en el esfuerzo y salga adelante, ¿lo permite el “no es mi problema”, el victimismo o la desidia instaurados en nuestros comportamientos?; el Amor dice desde la rectitud lo que hace falta para alcanzar el beneficio de todos, contando con todos, ¿lo permite la intención manipuladora con la que en ocasiones decimos las cosas para lograr algo a través de los demás?

Los valores son la espina dorsal que mantiene derecha la existencia del ser humano. Son transculturales y cualquier ser humano los percibe. Cuando un ser humano ignora los valores, se tuerce; cuando las personas de una empresa ignoran los valores, la empresa se tuerce; cuando muchas personas ignoran los valores, se tuercen las empresas y se tuercela sociedad. En nosotros, las personas, esos que trabajamos en las empresas, echo de menos humildad, compromiso, confianza, generosidad personal, aceptación, honestidad, honradez, coherencia, justicia, perseverancia… en contraposición, abunda el ego, la dejadez, la desconfianza, la racanería de gesto, el rechazo, el auto engaño, la jugarreta, la incoherencia, el abuso, la búsqueda de la inmediatez… Este desastre económico partió de nuestra manera de comportarnos y lo arreglaremos desde nuestra manera de comportarnos… Los “yo no he sido” deben dejar paso a “yo, en esto, sí he sido… y ahora rectifico”. Todo esto es lo que llevo a mis formaciones y mi manera de acompañar a los profesionales en sus procesos de desarrollo del potencial.

 En este mundo cada vez más tecnológico parece que la comunicación directa entre los propios trabajadores queda sustituida por emails, mensajes… ¿Cree que esto afecta al ambiente y productividad de las empresas?

 
Es evidente que tanta tecnología puede llegar a afectar negativamente a las relaciones interpersonales. Como ejemplo, tengamos presente que una llamada de teléfono de tres minutos, ahorra una media de treinta correos electrónicos, algo que lleva cerca de dos horas escribir. Además, un correo electrónico es “interpretable” ya que puede haber sido escrito con una intención o ánimo y ser leído con otro muy distinto, lo que en numerosas ocasiones conduce a malos entendidos. Emplear los correos electrónicos y los mensajes como armas arrojadizas, afecta directamente a cualquier ambiente de trabajo. La mejor comunicación es la que desarrollamos en persona, percibiendo las emociones, gestos, respiración, tono, ritmo de voz y tensión corporal de nuestro interlocutor. La mejor comunicación es la que da espacio a que cada parte plantee su punto de vista y en común, lleguen a un acuerdo. Esta comunicación nos pone ante la oportunidad de “descubrir” y respetar a ese otro. La comunicación con tecnologías, reconociéndoles su utilidad, deberíamos reducirla al mínimo imprescindible.

Cualquier profesional inmerso en una cultura de comunicación presencial se sentirá más valorado que si es tratado desde la frialdad y la distancia de la tecnología. ¿Cómo prefieres que te digan las cosas, en persona o con un mail/sms?, ¿qué estilo de comunicación te proporciona mayor garantía de entendimiento?, ¿a qué comunicación te agarras para “defenderte” de “ataques”? Todos sabemos teclear, pero no todos sabemos conversar.

 ¿Qué competencias que usted enseña, cree que deberían también ser enseñadas antes de llegar a una empresa?, ¿cree que falta una educación en estos ambientes desde la universidad?

 
En los colegios y las universidades nos han enseñado a pensar en lo técnico desde lo técnico. Echo en falta que nos enseñen a pensar en lo humano, desde lo humano y para lo humano. Desde que somos pequeños nos inculcan la competitividad y la rivalidad en el deporte, en las notas, nos comparan con otros compañeros, queremos estar los primeros en las colas, etc… Creo que sería tanto más conveniente que enseñásemos a las generaciones venideras a entender emocionalmente a un compañero, a entenderse a sí mismos ante un golpe de adversidad o fortuna, sería muy valioso que aprendiésemos a comunicarnos bajo un esquema de descripción de necesidad, petición concreta para satisfacerla y compromiso de acuerdo. Imagina que pudiéramos comprender la perspectiva del otro sin perder nuestra esencia ni la perspectiva que traemos del asunto en cuestión.

Piensa cómo serían las relaciones de trabajo si pudiéramos compartir nuestra opinión con otros y que fuese bien recibida en vez de tomada como un ataque que genera una reacción de defensa. Cuando seamos capaces de escuchar sin interrumpir o cuando aguardemos a que termine el otro en vez de anticiparnos a completar lo que nos cuentan, descubriremos que todo se vuelve más sencillo y evitaremos muchos malos entendidos. Lo que sucede es que, en cuanto a modales y formalismos, estamos muy bien educados, pero en lo que a relaciones interpersonales se refiere, estamos muy mal educados, mal formados y mal entrenados. Estoy profundamente convencido de que los valores que tanto echamos de menos, de haber sido enseñados y fomentados en la universidad, habrían llegado más vigorosos al mundo profesional.

Redes sociales, software… ¿en qué nos pueden ayudar en nuestra formación, y en que nos pueden estar perjudicando?

 
Las redes sociales tienen la utilidad que tienen; son en cualquier caso un mundo virtual, por muy profesionales que sean. En el ámbito profesional sirven para estar en contacto con otros profesionales con intereses similares o compartidos, sirven para tener un historial profesional on-liney como vía de facilitar una referencia pública a través de la cual ser encontrados para poder ofrecer nuestros servicios o buscar los servicios de terceros. En este sentido proporcionan agilidad y facilidad de acceso a información, convocatorias de posibles encuentros profesionales, seminarios, congresos, foros, etc.

La formación on-line y través de software tiene ventajas y una variedad de inconvenientes. La principal ventaja que ofrece es la flexibilidad en los tiempos de dedicación al aprendizaje. También permite salvar las barreras físicas y los desplazamientos si los hubiera, y hace que la vuelta a un tema concreto en caso de pérdida de atención, despiste o aplazamiento temporal, sea mucho más fácil. Adicional a esto, su coste es más reducido. Sin embargo, para ciertas formaciones y temas, la formación presencial permite al protagonista pasar por un aprendizaje mucho más potente, profundo y enriquecedor cuando lo llevamos a cabo sobre la base de la experienciavivida en primera persona.

Esto eleva de forma muy significativa el nivel y aprovechamiento de la materia y contenido impartido. En el caso del coaching, es altamente recomendable vivirlas, compartirlas y pasar por ellas junto a otros profesionales para poder descubrir el verdadero potencial que tenemos aún en nuestro interior. Compartir los aprendizajes, hace que otros tengan esa misma oportunidad de descubrimiento personal. Es importante tener presente que todas las disciplinas que facilitan y contribuyen al desarrollo del potencial de las personas, lo hacen así por ser llevadas a cabo entre personas y para personas.

Para concluir quiero compartir esta reflexión: Sólo es posible la verdadera transformación del profesional y la empresa, desde la valiente transformación de la persona que es la base de todo profesional. 


Fuente:e-volución

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